Y ya está(BA)mos en Navidad…
Sin darnos cuenta, ya tenemos la Navidad encima.
En realidad, faltan 11 días y ya llevamos unos cuantos pensando en ella.
Pero…¡lógico!
Turrones, mazapanes, polvorones, incluso roscones de Reyes, nos invaden desde principios de octubre.
Y claro, día tras día pasando por esos pasillos del supermercado…al final algún día algo cae.
A esto, súmale la cantidad exagerada de estos dulces que compramos en cada casa. Que para cuando ya es Navidad realmente, tenemos todo esto aborrecido, y nos dura algún mes más y vamos comiéndolo poco a poco, alargando, tranquilamente, hasta febrero.
Empezamos con comidas y cenas (compromisos a los que realmente mucha gente no quiere ir realmente), de trabajo, de gimnasio, de conocidos, etc. Estas «celebraciones» empiezan ya a finales de noviembre, porque tenemos tantas, que enseguida se nos completan todos los fines de semana. Y ahí estan las mega comidas o cenas con sus chupitos y cubatas posteriores.
Luego vienen los días de fiesta de Navidad (Nochebuena, Nochevieja, Reyes) y, parece ser, que somos más felices si no hay ni un sitio libre en el mantel con platos de comida y más comida.
De entrantes: mil tipos de fritos, ensaladillas, marisco, patés, embutidos. El segundo plato: un enorme cordero del que podrían comer 50 personas. El tercer plato: pescado para 20 personas, vaya ser que alguien se quede con hambre después del cordero… Brindis con champán. Postre: pasteles, tartas caseras y algo de fruta por quedar bien. Y rematamos con turrones, copas y chupitos.
Obviamente, nos sobra comida que intentamos acoplar a hijos, sobrinos, nietos, etc. Algo conseguiremos encasquetar, pero gran parte se quedará en el frigorífico del que pone la casa. Así que, que remedio…¡habrá que comerse todo los días siguientes!
Y…de repente, es 7 de enero, toda esta «pesadilla» ha terminado, y te plantas con unos cuantos kilos más…
Pero…¡no importa! Para eso están los propósitos de Año Nuevo. Si, esa lista de cosas como hacer dieta, hacer deporte, aprender inglés, dejar de fumar y mil historias más que intentas hacer la primera semana de enero año tras año.
También están los que retoman las citas con el/la nutricionista y el/la preparador/a físico, que lo han dejado en stand by en noviembre porque ya empiezan las Navidades. Y vuelven a la consulta y, de verdad, no entienden como han podido coger tantos kilos y estar en tan baja forma física por dos simples semanas de Navidad. Es entonces cuando se plantean que si por pasarse dos días van a recuperar todo lo perdido durante el año.. ¡de nada sirve todo ese sacrificio!
Y ahora, pensemos todos un poco. El mundo no se acaba. No hay que comer y beber como si no hubiera mañana. No hay que abandonar la rutina del ejercicio físico.
Come y disfruta con ello, pero hazlo con cabeza y disfrutando de la gente que realmente quieres.
Dicho esto… ¡¡¡FELIZ PRE- NAVIDAD!!! 😀