El juego sucio en el etiquetado

¿Esto lo puedo comer? Es una pregunta que se repite mucho en las consultas.

Obviamente, los D-N no podemos estar siempre detrás del paciente indicándole que debe comer y que no. Por eso, es imprescindible la educación alimentaria. Aprender a leer e interpretar el etiquetado nutricional forma parte de ello.

Hoy en día nos bombardean con productos light, bajos en grasa, sin azúcares añadidos, ricos en fibra y mil cosas más. Pero, ¿son adecuados estos productos en la alimentación?

Bajos en grasa: son los alimentos más buscados en dietas de adelgazamiento. Pero, ¡cuidado! Muchas veces, reducen las grasas al máximo y, de algún lado tienen que venir esas calorías que aporta el alimento… Por lo que acaban añadiendo azúcares y encima refinados.

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Bajo en grasas, extra de azúcar.

Sin azúcares añadidos: este alimento no tendrá azúcares extras añadidos, algo que es muy habitual en todo tipo de productos. No por ello está libre de azúcares, ya que el alimento en sí contiene azúcares propios. Podemos ver un ejemplo en galletas, las cuáles nos creemos que podemos tomar de forma libre por el hecho de ser libre de azúcares añadidos. Éstas siguen teniendo un alto contenido en hidratos de carbono, dado por sus ingredientes principales: trigo, cebada, centeno, avena…además del aceite que llevan.

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¿y de grasas como andamos?

Rico en fibra: esto no es sinónimo de integral. Integral es aquel cereal que no ha sido refinado, es decir, que no se le ha eliminado el salvado y el germen. Con esto, la industria suele jugar mucho. Panes, pastas, galletas, cereales…catalogados como integrales, los cuales están compuestos por harinas de distintos cereales refinados y únicamente le añaden un poco de salvado o un mínimo porcentaje del cereal integral. Otro error que cometemos con este tipo de productos, es creernos que lo integral adelgaza. Pues no, el aporte de calorías es el mismo (a veces más si le añaden semillas). Si se recomienda lo integral es por el beneficio de la fibra, no porque aporte menos calorías.

¿Con fibra? ¿Integrales? ¿Adelgazarán?
¿Con fibra? ¿Integrales? ¿Adelgazarán?

Alimentos light: son los alimentos a los que se le ha reducido, al menos, un 30% de las calorías, disminuyendo su contenido casi siempre en grasas o azúcares. Son alimentos alterados, ya que se les reduce sus calorías de manera artificial. Casualmente, solemos encontrar las versión light de alimentos tipo bollería, galletas, salsas, patatas fritas, etc. Al reducirles su contenido en grasa o azúcar, les añaden ingredientes de baja calidad para lograr el espesor o sabor deseado (espesantes, jarabes, maíz…). Es un gran error el consumir estos productos de manera libre creyéndolos saludables, podemos prescindir de la mayoría perfectamente.

Patatas fritas...¡light!
Patatas fritas…¡light!

 

Sin grasas trans: sin grasas vegetales parcialmente hidrogenadas. Este tipo de grasas no están presentes en la naturaleza, fueron creadas por la industria para sustituir a las animales, ya que no tienen colesterol. Hoy en día, se sabe que son más perjudiciales que las saturadas para el riesgo cardiovascular. Suelen aparecer en bollería, galletas, postres lácteos…

¿Por qué ha de llevar grasas trans el "avecrem"?
¿Por qué ha de llevar grasas trans el «avecrem»?

Con aceite vegetal: perfecto, ¿pero qué aceite? Porque aceite vegetal puede ser: de oliva, de palma, de girasol, de coco (refinada)… Con esto hay que tener cuidado, aunque la ley del etiquetado ha cambiado y ahora obliga a especificar que tipo de aceite contiene. Aún así, muchas veces vemos que el producto está hecho con aceite de oliva, pero ojo, id a la lista de ingredientes y mirad el porcentaje de este aceite, porque seguro que os sorprendéis. Usar otro tipo de aceites que no son el de oliva, es muchísimo más barato para su fabricación y dan mayor palatabilidad.

Con grasa vegetal, ¿pero cuál?
Con grasa vegetal, ¿pero cuál?

Sal: una cosa es el sodio propio de los alimentos, y otra la cantidad exagerada de sal que añaden a muchos alimentos. Si comparamos la sal que puede llevar una sopa de sobre preparada con la que nosotros le añadiríamos, nos llevaríamos las manos a la cabeza.

Galletas, consideradas dulces, pero con sal añadida.
Galletas, consideradas dulces, pero con sal añadida.

Raciones: hoy en día, muchos productos muestran en su envase las calorías, grasas, azúcares y sal por ración. Esto se puede ver en un primer golpe de vista, incluso algunos llevan el famoso “semáforo nutricional”: verde, naranja y rojo (de menor a mayor contenido). Pero con esto también hay que tener mucho cuidado. Ya que los fabricantes vuelven a jugar con nosotros. Os animo a pesar las galletas que coméis en un desayuno, comparadas con el peso de la ración que indica la caja de galletas.

Cola Cao: en la versión la light, la ración es más pequeña...¡así normal que tenga menos calorías!
Cola Cao: en la versión la light, la ración es más pequeña…¡así normal que tenga menos calorías!

Conclusiones finales:

  1. Compra siempre que puedas alimentos, no productos. Los verdaderos alimentos no llevan etiquetas nutricionales porque no la necesitan, son lo que ves y no hay más ingredientes añadidos.
  2. Lo primero, no mires las calorías, fíjate en la lista de los ingredientes.
  3. Si es sin azúcares, mira el contenido de grasas, y viceversa.
  4. Busca que el alimento sea integral, no con fibra añadida.
  5. Vigila el contenido de sal añadida.
  6. Prescinde de lo light, ni ellos ni su versión normal son recomendados en una dieta saludable.
  7. Consulta el tipo de aceite que contiene y el porcentaje de ésta.

Con todo esto, no sólo ganarás en salud, sino que también ahorrarás en la compra ya que este tipo de productos suelen tener un precio más alto.

¡LEE LA TABLA DE COMPOSICIÓN Y LOS INGREDIENTES SIEMPRE QUE HAGAS LA COMPRA!